sábado, 6 de marzo de 2010

“Que el Estado no se puede reformar, porque ya es la hora de dormir”






No hay un Estado fallido, hay un Estado casi perfecto al que le tocó por desgracia un país fallido y que, en la perspectiva del gobierno actual, está tan a las orillas del desastre que es necesario reformarlo. Lo que el Decálogo de Felipe Calderón da a entender o proclama es muy sencillo: convencido el Estado de la indeblez de la sociedad, se propone entregarle algunas reformas que lo acerquen a la posibilidad de la redención, así por ejemplo, la reelección de diputados, senadores y Quién Quita, le permite al pueblo la esperanza de nacer de nuevo en cada periodo, igual de candoroso y reiterativo; así por ejemplo, las candidaturas independientes le permiten a la vanguardia de los votantes esperar que el dinero y las estructuras financieras y los feudos políticos no influyan nada en el proceso electoral. Y no faltarán quien, a la manera de Carlos Hank, vaticine: “Un candidato independiente es un independizado de la política”. Eso a menos que el narco decida uno que otro apoyo fuera de las campañas ortodoxas.
Ya pasó a mejor vida el Estado a la antigüita, con todo y presidencialismo y solemne lectura del Informe ante un Congreso que consideraba blasfemia, así literalmente, las críticas al Presidente; queda como reliquia depredadora el espectro del Estado hecho trizas por la ineptitud, la corrupción, las represiones y el culto frenético a la impunidad que no es una característica sino la esencia operativa del sistema. El desprestigio (un término moderado) alude a las imposiciones muy lesivas para la economía de casi todos los funcionarios involucrados, y los organismos electorales buscan desalentar a los ansiosos de participar en política.
Las verdades reveladas (el nombre panista de las campañas mercadotécnicas) ofrecidas por Calderón como reforma política, descubren como antes lo hicieron las vaguedades oficiales sobre el aumento al IVA, la debilidad de proyectos, conocimientos y convicciones ya sinónimo de la clase gobernante, toda ella sumida en islotes de información quebradiza. En medio de promesas disfrazadas de amenazas, se asfixian los llamados a salvar a esa patria renovable cada tres o seis meses. En esto coinciden sobre todo los legisladores del PAN y del PRI: discutir una ley es asunto de medir fuerza, emitir frases que se recuerden durante diez minutos y esperar al día siguiente “a ver cómo nos tratan los medios”. Diputados y senadores actúan para contradecirse y jurar que votaron contra su voluntad, y que las cosas empezarán bien muy pronto y que por eso las han dejado tan mal. El nivel doctrinario y cultural exhibido, delata las fallas de la educación privada, formadora de la mayoría de los legisladores, y anuncia el fin del vocabulario amplio, que alguna vez tuvo que ver con el uso en México del idioma español. Se comprueba a diario la ausencia de formas y de contenidos en la vida política. No saben qué decir y no saben cómo decirlo, crean laberintos en los que se enredan para descubrir que ya no saben a dónde iban.

La reforma del Estado. Una manera de empezarla sería la disciplina rigurosa que obligase a clases de lógica y ejercicios de sintaxis inteligible. Observen por ejemplo al secretario del Trabajo Javier Lozano Alarcón, hablando de la desaparición de LFC: “No se trató de una acción represiva sino preventiva. Se nos ha criticado por lo que algunos llaman equivocadamente el sabadazo”. ¿A qué alude? Se podría suponer que la acción es preventiva para que la represión ya no sorprenda, o que prevenir con ánimo de aniquilamiento es quitarle oportunidades de brillo a la represión, o, mejor, se puede inferir de esta frase patética que el secretario ignora que una represión nunca, en ningún caso puede ser preventiva.
El licenciado Lozano, que se la pasa reprimiendo para quitarle chamba a la represión, contesta la pregunta: “¿Cuál sería la reforma nuclear en la cuestión laboral?”, y lo hace en términos que desbarrancan a la lógica: “El acceso al mercado de trabajo en modalidades que faciliten la productividad en las relaciones laborales y que aumenten la competitividad de nuestra economía”. Esta respuesta nada más desconcierta al que se proponga entenderla, especie no frecuente: así que, según don Lozano, la reforma nuclear en lo laboral consiste en el acceso al mercado de trabajo en modalidades que faciliten la productividad. ¿No me lo repite por favor para ver si luego ya entiendo la reforma política? La reforma nuclear da como fruto estatal el acceso (¿de quiénes?) al mercado de trabajo (¿en dónde y en qué condiciones?) en modalidades que faciliten la productividad en las relaciones laborales (¿hay quién pueda descifrar esta contribución al sonido de una sola mano, la del licenciado, aplaudiéndose?).



Rompiendo el cerco informativo


No a la presa El Zapotillo
Violando normas ambientales y derechos humanos, la Conagua y el gobierno de Jalisco quieren construir la presa El Zapotillo sobre el Río Verde, inundando las comunidades de Temacapulín, Acasico y Palmarejo. Los habitantes de esos poblados rechazan la obra porque destruirá su vida y sus tierras. Se han organizado para defender su patrimonio territorial, histórico y cultural.
En medio de intimidaciones y amenazas a los pobladores, el gobierno prepara el desalojo forzoso (“salen o se ahogan”). La ONU demandó respeto a los derechos de la población, que debe ser consultada antes de construir el megaproyecto. La resistencia continúa. En Temacapulín, Jalisco, se llevará a cabo el Tercer Encuentro Internacional de Afectados por las Presas y sus Aliados, del 2 al 6 de octubre de 2010.
El sábado 30 de enero se llevó a cabo en el auditorio del Sindicato Mexicano de Electricistas, en el Distrito Federal, la segunda reunión plenaria de las Casas del Movimiento en Defensa de la Economía Popular, el Petróleo y la Soberanía. Asistieron coordinadores de 76 Casas del Movimiento de 26 estados. Faltaron compañeros de 6 entidades, principalmente por falta de recursos.
Las Casas del Movimiento son lugares de encuentro y de trabajo para defender la economía popular, promover la organización, la solidaridad y la ayuda mutua, fomentando la vida y el desarrollo comunitarios. Las cuatro grandes líneas de actividad de las Casas del Movimiento son: a) asesoría y organización en torno a cobros excesivos de luz, cartera vencida de vivienda popular, tarjetas de crédito, etc. b) concientizar acerca de la realidad nacional y difundir los objetivos, las formas de organización y las acciones de nuestro movimiento, c) apoyar al Gobierno Legítimo en las tareas de acreditación y organización territorial, d) promover la organización ciudadana para la defensa de sus demandas, e) desarrollar tareas de educación, capacitación y apoyo a la economía popular y f) ser solidarios con los movimientos sociales y apoyar las acciones locales en defensa de los derechos humanos, la economía popular y los recursos naturales.
Acuerdos del Encuentro:
1) Capacitar para la defensa de la economía popular y educación política a través de Internet y medios alternativos, como radio y TV AMLO, radio Bemba. 2) Impulsar amparo masivo contra los impuestos, estará disponible en el blog de las Casas del Movimiento. 3) Solidaridad con el SME promoviendo el no pago de luz en las zonas de LyFC, a través de la queja a PROFECO. 4) Divulgar el periódico Regeneración y 5) Realizar un volanteo en bancos para orientar a usuarios en cartera vencida de tarjetas de crédito. El próximo encuentro será en junio de 2010, en el Distrito Federal.
Localiza la Casa del Movimiento más cercana a tu población en:
casasdelmovimiento.blogspot.com/



Ya no alcanza para nada y siguen los aumentos


La economía mexicana vive la peor caída en 80 años. Del “catarrito” pasamos a la neumonía y el único “logró” de Calderón ha sido colocar a México entre las 13 peores economías del mundo en 2009 (incluso por debajo de Haití).
En tres años, el gobierno sólo ha beneficiado a las 400 más grandes corporaciones, mientras el 80% de los mexicanos vive en la pobreza. El salario mínimo ha perdido 80% de su poder de compra, en contraste, la canasta básica se ha incrementado 72% contando la cuesta de enero. Y cada mes aumentarán el gas, las gasolinas, la electricidad y todo lo demás.
En 2006 un obrero de salario mínimo requería de 16 días de trabajo para adquirir la canasta básica. En 2010 tiene que trabajar 24 días.





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