Abordarán “medidas adecuadas para proteger” a personal de EU, adelantó funcionario de ese país.
Washington. El presidente estadunidense Barack Obama se reúne este jueves con su homólogo mexicano Felipe Calderón por quinta vez en una cita bajo cierta tensión diplomática, tras la muerte de un agente aduanal en San Luis Potosí, hace dos semanas en ese país.
El encuentro entre ambos mandatarios estaba siendo negociado desde hace un par de meses, pero el asesinato a balazos del agente Jaime Zapata en una carretera del norte de México le dio un giro sombrío.
La relación con México "es una de las más complejas y variadas de Estados Unidos en todo el mundo", reconoció el miércoles una alta fuente estadunidense bajo anonimato a periodistas.
"El presidente Obama ha invertido y seguirá invirtiendo más" en esa relación, explicó esa alta fuente.
Pero Obama también abordará con su par mexicano "medidas adecuadas para proteger" al personal estadunidense en México, incluida la posibilidad de que operen armados, explicó esa fuente.
Oficialmente los policías estadounidenses en México no pueden ir armados, algo que ha sido criticado de nuevo acerbamente por congresistas.
Pero al mismo tiempo una de las armas utilizadas en el asesinato de Zapata provenía de Estados Unidos, según las primeras investigaciones, uno de los aspectos de esa compleja relación bilateral que más irrita al gobierno mexicano.
La muerte de Zapata vino a enrarecer una atmósfera ya cargada entre ambos países por otros episodios, como las filtraciones durante semanas de los cables diplomáticos estadounidenses por parte de Wikileaks.
Los cables describen a un liderazgo militar mexicano poco preparado para lidiar con la extrema violencia del narcotráfico cuando Calderón decidió desplegar a miles de soldados en todo el país, en 2006.
Calderón replicó mediante una entrevista periodística a finales de febrero, en la que aseguraba que los últimos dos embajadores estadounidenses habían "hecho mucho daño" por "las historias que cuentan".
Casi 35 mil mexicanos han muerto por esa oleada de violencia del narcotráfico, que amenaza con marcar indeleblemente la presidencia de Calderón, cercana a su fin.
Pero más allá de los incidentes y las declaraciones encendidas, la cooperación policial contra el narcotráfico ha aumentado hasta niveles desconocidos entre ambos países por necesidad mutua.
"Yo soy una 'fan' y admiro mucho al presidente Calderón por lo que está haciendo", llegó a declarar la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en su última visita a México, en enero.
Más de 72 mil policías mexicanos han recibido entrenamiento desde que empezó a implementarse en 2008 la denominada Iniciativa Mérida, un programa de cooperación para la seguridad que ahora debe ser revisado por ambos países, recordó la fuente estadunidense bajo anonimato.
"A falta de grandes acuerdos e iniciativas, simplemente evitar que la relación tome derroteros francamente malos ya sería el mayor éxito de este viaje", considera Andrew Selee, director del Instituto México del centro de análisis Woodrow Wilson.
Estados Unidos sigue sin dejar que los camiones mexicanos puedan cruzar su frontera desde 2009, a pesar de que la Casa Blanca propuso un borrador de acuerdo que aún no ha merecido respuesta mexicana.
Los planes de cooperación energética no han rendido los frutos esperados y la reforma migratoria sigue atascada.
Calderón, que durante su visita de Estado a Washington en mayo de 2010 no dudó en criticar esa parálisis legislativa, visitará también al líder republicano de la Cámara de Representantes, John Boener.
"Esta reunión se inserta en el diálogo intenso, respetuoso e institucional que el gobierno de México mantiene con el Congreso estadunidense", aseguró la presidencia mexicana en un comunicado.
"El presidente (de la Cámara) espera la reunión con el presidente Calderón y desea poder hablar sobre la seguridad de México, el Tratado de Libre Comercio (TLCAN) y la seguridad en la frontera, entre otros asuntos", explicó a la AFP un portavoz de Boehner, Michael Steel.
Sin embargo, se explorará en el Congreso mexicano la forma de cómo mejorar su seguridad en el país, expuso en conferencia de prensa conjunta con Barack Obama, tras una reunión que no dejó acuerdos concretos sobre el tema.
Washington. La reunión entre los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama y de México Felipe Caldrón si bien no alcanzó acuerdos concretos sobre puntos neurálgicos relacionados con la inseguridad en México, perfiló modificaciones en temas como la capacidad de agentes estadunidenses de portar armas en México, como de reducir el flujo de armas a nuestro país por la frontera. En el primer caso, Calderón dijo que existe una imposibilidad constitucional para que porten armas, se explorarán con el congreso, la forma de cómo mejorar la seguridad de dichos agentes en nuestro país.
Por lo que hace a la demanda de México para detener el flujo de armamento, Obama subrayó que hay derechos constitucionales para que los estadounidenses porten armas para defenderse, sin embargo, subrayó que su país ha instrumentado acciones para lograr mayor control en el tráfico de armamento hacia México. Subrayó, sin embargo, que en este ámbito, como en el flujo financiero hacia nuestro país, deben instrumentarse acciones más eficaces para combatir más ese tráfico.
Al respecto, Calderón cambió sustancialmente el discurso que había dado en torno al tema y en el que recurrentemente había censurado la falta de acciones al respecto. En esta ocasión, Calderón reconoció plenamente las acciones estadunidenses para detener el flujo de armamento hacia México; dijo no saber desde cuando no se detenían tantos criminales ni cargamentos de armas hacia nuestro país.
Y es que en la conferencia sobre el encuentro, estuvo prodigado por numerosos elogios mutuos, incluido el que Obama le prodigó al subrayar el compromiso del presidente Calderón y de México en el combate al narcotráfico. Es una lucha que también es nuestra y debería ser de la sociedad mexicana, porque Calderón pudo haber tomado el camino fácil de dejar pasar el poder corruptor del narcotráfico y dejar que se apoderara de importantes ámbitos de la vida política, económica y cultural de México, pero no; ha optado por el camino difícil de combatirlo y en eso tienen el apoyo estadunidense.
En la rueda de prensa ofrecido tras el encuentro celebrado en el salón oval, también salió el tema sobre la posibilidad de una extradición de Julian Zapata, El Piolín, tema que había sido abordado hasta entonces, según comentó Calderón a pregunta expresa. Dijo que existe toda la voluntad política para que se castigue a estos criminales, en México o Estados Unidos, pero que se analizaría la situación legal para una posible extradición.
A su vez, Obama ratificó que hasta ese momento no se había abordado el tema por lo que no sería apropiado abordarlo en la conferencia aunque precisió que su gobierno ha presentado ya una solicitud de extradición pero en cualquier caso, confió que en este caso se hará justicia sobre el tema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario