
Calderón continúa con un discurso imaginario que pretende hacer creer que la crisis ha pasado.
Según la OIT, en México durante los nueve primeros meses de 2009, respecto a igual periodo de 2008, la tasa de desempleo nacional aumentó de 3.9 por ciento a 5.5 y la urbana de 4.89 a 6.8 por ciento. Con estas cifras, lo cierto es que será hasta 2013 cuando realmente empiece la recuperación económica, de acuerdo con especialistas en la materia, ya que el desempleo se encuentra en los niveles más altos de la historia. A esto hay que sumar que en el periodo 2006-2008, el salario registra un desplome de 34.83 por ciento real, respecto del avance de los precios de los productos de la canasta básica. Es indispensable tomar en cuenta las consecuencias de las irresponsables decisiones de la SHCP que impactan directamente en la carestía de los productos básicos en un 60 por ciento en promedio y no se aprecia ninguna reacción por parte de los panistas para detener esta espiral voraz y alcista, que afecta el bolsillo de los ciudadanos, quienes ya de por sí han perdido 7 por ciento de su poder adquisitivo en este sexenio. También hemos encontrado que de a acuerdo con Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, (PNUD) en México, en los dos últimos años, el número de mexicanos en pobreza alimentaria -gen-te sin recursos suficientes para adquirir la canasta básica- pasó de 14.5 millones a 19 millones. El presidente Felipe Calderón anunció hace unos días que se mantiene el precio de la leche Liconsa a cuatro pesos por litro para 3 millones de beneficiarios y que el programa Oportunidades entrará zonas urbanas, entre ellas citó al Distrito Federal y a municipios pobres de la zona conurbada con el estado de México, como Chimalhuacán. En el combate a la pobreza, Calderón ha demostrado su talento aumentando en 6 millones el número de pobres, utilizando el programa de Oportunidades –que ha manifestado ampliamente su fracaso- y que tiene más un papel electoral que de lucha contra la pobreza. Los programas sociales y focalizados del gobierno federal que tanto defiende Calderón como Oportunidades y el Seguro Popular operan con graves deficiencias en cuanto a la calidad de los servicios que prestan. Además han sido incapaces de resolver problemas básicos como atender la demanda de alimento de 23 millones de mexicanos y de salud de 43.38 millones de connacionales. Hasta el momento, el presupuesto para combatir la pobreza para 2010, será de unos 80 mil millones de pesos (6,153 millones de dólares), un incremento del 20% respecto del año anterior, que no le ha permitido al gobierno federal mas que continuar con el precio de una leche que de ninguna manera mitiga la pobreza del país. Las cifras hablan más claro que los spots mediáticos de Calderón, de acuerdo al Coneval, los rezagos en el país se ubican de la siguiente manera: Educativo 23.16 millones de mexicanos (21.7%); Servicios de salud, 43.38 millones (40.7%); Seguridad social 68.9 millones (64.7%); Calidad y espacios de la vivienda, 18.62 millones (17.5%); Servicios básicos en la vivienda 20.13 millones (18.9%); Alimentación, 23.06 millones (21.6%). La falta de articulación de los programas sociales de Calderón ha hecho que no tengan el impacto que requieren, sobre todo, en la atención de las familias de reciente creación, que tienen niños menores de cinco años, las cuales se encuentran en más riesgo de ingresar a los niveles de pobreza y de pobreza extrema. Por su parte, el GDF no se ha quedado ni se quedará con los brazos cruzados, ya que con la aprobación de 93 proyectos de vivienda, comercio, servicios e industria por la Oficina Rápida de Negocios durante los últimos cinco meses, por una inversión de 7.1 mil millones de pesos y la creación de 20 mil 67 empleos este año, se permitirá a la ciudad hacer frente a esta crisis, pero se necesita reformas de fondo a nivel nacional.
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